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i bien es más joven que la población no hispana, la población latina o hispana ha envejecido más rápido en la última década, según los datos publicados del Censo del 2020 hoy.
A pesar de eso, los niños de origen hispano o latino en el 2020 constituían un cuarto de todos los niños menores de 18 años en los Estados Unidos. Y los datos muestran que, en estados donde el número de niños de origen latino ha aumentado de manera más significativa, con frecuencia, los conteos totales de niños han disminuido.
En este artículo, nos referimos a la población hispana o latina como la población hispana.
La mediana de edad de la población hispana en el 2020 era de 30 años, un aumento de 2.7 años desde el 2010. La población no hispana era mayor, pero envejecía a un ritmo menor: la mediana de edad era 41.1 años en el 2020, un aumento de 1.5 años desde el 2010.
El número de niños hispanos creció entre el 2010 y el 2020
Los datos muestran que en el 2020, 1 de cada 4 niños, el 25.7 % (18.8 millones), en los Estados Unidos era de origen hispano, un aumento del 23.1 % (17.1 millones) que se contó en el 2010.
Los estados con el mayor aumento en puntos porcentuales en su proporción de niños hispanos durante esa década son: Connecticut, con un aumento de 6.5 puntos porcentuales; Maryland, con un aumento de 6.5 puntos; Rhode Island, con un aumento de 6.2 puntos; Nueva… Sigue leyendo
Cuesta trabajo pensar que en plena adolescencia de este prodigioso siglo XXI puedan existir países con sociedades que se niegan a abandonar los remanentes obsoletos de la oscura edad media, repitiendo disputas disolventes que impiden su desarrollo.
En las vísperas de este primer cuarto de siglo, la humanidad ha traspasado los límites de progreso, tan extraordinariamente, que cuesta trabajo tanto imaginarlos como describirlos. Encontramos aquí, por ejemplo, los sorprendentes descubrimientos de la sonda Voyager I, un pequeño artificio de 722 kilos lanzado en 1977 desde Cabo Cañaveral para observar el vecindario de nuestro sistema solar y una vez completada su misión, se ha internado en las profundidades interestelares, alejándose cada vez más para seguir enviándonos tal cantidad de información que los científicos tardarán decenas de años para descifrarla y entenderla.
Esto, lógicamente, solo en el campo de la astronomía, porque en el área de la medicina, la química, la mecánica cuántica, la astrofísica y otras disciplinas que hace 25 años ni sonábamos ―tales como la teletransportación cuántica de objetos (¿y personas?) de un lugar a otro y la inminente colonización de Marte―, los logros de esta civilización que nos tocó vivir no tienen paralelos.
Sin embargo, algunos países de Hispanoamérica que nacieron en los albores del siglo XVII y que se introdujeron ―o fueron introducidas― en las sucesivas olas descolonizadoras que prosperaron en el continente en el XVIII y que finalmente les dieron su emancipación, estas naciones, decía, se niegan a aceptar que vivimos “en el futuro” y que es… Sigue leyendo