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Intentando apartarme ―momentáneamente― de la “cosa” política que virtualmente mantiene secuestrada a la opinión pública mundial, decidí hacer un poco de higiene mental releyendo algo de mí empolvada estantería.
Porque, de verdad, estas primeras nueve semanas del agitado nuevo mandato del presidente Trump, caracterizado por su cascada de órdenes ejecutivas, anuncios de despidos, cierres de agencias federales, imposición de aranceles a países amigos ―y enemigos―, deportaciones masivas de personas indocumentadas ―y documentadas―, amenazas de inflación, riesgos de devaluación, ultimátum de invasión, notificación de acciones punitivas contra países remotos y suspensión de ayuda bélica a otros, seguidas por el reintegro de las personas despedidas, la restitución súbita de ayudas humanitarias revocadas anteayer y el anuncio de nuevos informes donde se descarta la inflación y se ajusta la devaluación, se retrasan los aranceles y se imponen otros, etc., etc., etc.. Estas primeras semanas, decía, no han sido fáciles.
Buscando un bálsamo recurrí entonces a la pluma espléndida de Truman Capote ―nada que ver con el trigésimo tercer presidente de esta nación― y su libro “Plegarias Atendidas”, publicado casualmente en el mes de marzo, hace cuarenta años. Se trató de una obra póstuma, ya que un año antes había fallecido a causa de insuficiencia hepática.
La aparición anticipada de los primeros capítulos en los diarios de New York originó un terremoto que movió los más altos círculos sociales de EEUU, ya que en ellos el célebre autor de “A Sangre Fría” devela en forma descarnada detalles de la vida íntima de las más… Sigue leyendo
Caracas, 21 mar (Prensa Latina) El secuestro de 240 venezolanos en Estados Unidos y deportados de manera ilegal a El Salvador mantiene en vilo a igual número de familias, que hoy sufren las consecuencias y el dolor de la arbitrariedad.
José Medina vive en el sector La Vega, centro-oeste del Municipio Libertador, en Caracas, y es uno de los padres que tiene a su hijo joven en el Centro de Confinamiento del Terrorismo en tierras salvadoreñas.
“Me encuentro aquí en apoyo a los venezolanos que como padres estamos pasando lo mismo”, manifestó categórico a Prensa Latina en la Plaza Bolívar capitalina, donde cientos de compatriotas depositaban su firma en un libro en solidaridad con los connacionales presos.
Soy padre de Carlos José Medina que se encuentra en Estados Unidos hace dos años y el 14 de febrero fue a renovar el permiso y lo dejaron retenido “porque ellos dijeron que tenía tres tatuajes y se los mostrara, él los expuso -dos estrellas y una corona- y desde ese momento lo vincularon con el Tren de Aragua”, afirmó.
Con rostro compungido, el entrevistado aseguró que su hijo “no es delincuente, ni aquí, ni en ningún país” y refrendó que por donde pasó no ha tenido problemas con las leyes, “yo consigno la carta de no poseer antecedentes en Venezuela”, declaró.
Narró que el día que fue a renovar el permiso ante las autoridades migratorias estadounidenses su esposa lo acompañaba y “le colocaron un aparato en el pie, no puede salir de… Sigue leyendo