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Washington, 25 nov (Prensa Latina) El caso contra Donald Trump por subversión electoral y por el asalto al Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021 fueron desestimados hoy por la jueza federal del Distrito de Columbia Tanya Chutkan.
La decisión de la magistrada siguió a la presentación judicial que hizo este mismo lunes el fiscal especial, Jack Smith, quien anunció que abandonaba el caso y solicitó dejarlo sin efecto por ahora, pues quedó abierta la posibilidad de reabrirlo una vez que el republicano concluya su mandato en enero de 2029.
Smith argumentó que Trump ganó las elecciones del pasado 5 de noviembre y la normativa del Departamento de Justicia impide procesar a un presidente que esté en ejercicio.
Tal política de no procesar a un presidente en ejercicio data de 1973 en la era de Richard Nixon, en pleno escándalo del Watergate que provocó su renuncia, pero el caso de Trump, elegido para la Casa Blanca tras ser procesado penalmente, es un hecho inédito.
En la solicitud de Smith explicó que Trump asumirá el cargo a partir de enero y esa «prohibición es categórica y no depende de la gravedad de los delitos imputados, de la solidez de las pruebas del Gobierno ni de los méritos de la acusación, que el Gobierno respalda plenamente”, o sea, nunca se estableció inocencia del ahora presidente electo.
Nunca antes un exocupante de la Casa Blanca se había enfrentado a cargos penales a nivel federal (ni estatal).
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Veinte de enero es la fecha clave. Ese día ―lunes, para más señas―, Donald Trump se sentará en su ya familiar buró de la Oficina Oval en la Casa Blanca y así, con ese acto tan sencillo como trivial, comenzarán los 1440 días más azarosos de que tengamos memoria en la historia reciente de los gobiernos en los EEUU.
Serán una verdadera montaña rusa de decretos y órdenes ejecutivas que desde ése primer día el nuevo presidente expedirá para desmontar todo lo que huela a Biden-Harris, con leves intervalos que servirán para impulsar, con más fuerza aún, la locomotora desbocada en la que se convertirá la sui-generis nueva administración de Donald Trump.
Y algunos se preguntarán, por qué utilizo la expresión “sui-generis” y la respuesta es: porque tendrá muy poco de republicana y mucho de Trumpismo, esa nueva vertiente del partido que se autodenomina MAGA y que sigue celosamente los mandatos de Trump, una especie de partido-dentro-del-partido y eso, por supuesto tiene sus inconvenientes.
Lo que viene, en realidad, es una dura prueba al sistema presidencial que hemos conocido y los vaivenes que nos esperan se convertirán, por momentos, en verdaderos “saltos mortales sin malla de protección”, utilizando una expresión usada en los circos. Porque en la política, como en todo buen circo, debe haber acciones arriesgadas para mantener en vilo a la tribuna. Y sino, de qué otra manera entenderíamos la delirante promesa de terminar la guerra en Ucrania un día después de conocer su triunfo. La verdad es… Sigue leyendo