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La American Heart Association reconoce el profundo impacto que tiene brindar cuidado en los hogares multigeneracionales hispanos/latinos. Según el Censo de los EE. UU., la comunidad hispana/latina es la población étnica o racial de más rápido crecimiento del país, y la que envejece con mayor rapidez.
DALLAS, 14 de mayo de 2024 — Vivir con una afección médica crónica luego de sobrevivir a un ataque cardíaco o derrame cerebral puede acarrear muchas otras necesidades de cuidado personal y de salud, y con frecuencia los supervivientes deben recurrir a la ayuda de un familiar o amigo cercano. El cuidado entre distintas generaciones ha sido por mucho tiempo una parte importante de la cultura hispana/latina. Sin embargo, cada vez más investigaciones demuestran que las personas que se desempeñan como cuidadores no remunerados pueden no recibir el cuidado que necesitan para llevar vidas más largas y saludables, según considera la American Heart Association (Asociación Americana del Corazón), que celebra 100 años de servicio salvando vidas como la principal organización sin ánimo de lucro del mundo centrada en la salud del corazón y el cerebro para todos.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EE. UU. informan que, en su conjunto, 1 de cada 5 adultos en los Estados Unidos brinda cuidado o asistencia en forma regular a un familiar o amigo con un problema cardíaco o una discapacidad; el 58 % son mujeres y casi un tercio brinda cuidado durante al menos 20 horas por semana. Según un … Sigue leyendo
Como lo anticipáramos en nuestro artículo de enero pasado, este año medio mundo asistirá a las urnas y no es una exageración. Ya muchos países han realizado sus citas electorales, algunos con resultados poco sorpresivos como el caso de Rusia que reeligió, por un periodo más ― ¿el sexto?―, a Vladimir Putin.
En lo que resta de año tendremos otras, las más esperadas, por supuesto, las de EEUU y Mexico, pero de eso nos ocuparemos en otro momento y por ahora, enfoquémonos en las de Venezuela.
Viéndolo desde una óptica estrictamente práctica, qué sentido tiene, en este momento, realizar elecciones presidenciales en Venezuela cuando un tercio de su población se encuentra en el exilio y el resto desperdigado por los vericuetos de la desinformación, la inseguridad, el desempleo y la escasez de alimentos y medicinas o, por el contrario, con una fracción importante de esa población, coaligada con el actual régimen, comprada con pequeños trozos de comida o por un empleo donde nada hacen, aparte firmar diariamente la hoja de asistencia para recibir, de vez en cuando, un exiguo cheque que les servirá para cubrir, por unos pocos días, sus necesidades familiares.
No creo que convocar elecciones presidenciales en Venezuela, en este momento, sea un buen comienzo para solucionar la aguda crisis ―en todos los sentidos― por la que atraviesa este malogrado país. Tampoco estoy diciendo que no haya necesidad de hacer cambios urgentes y radicales.
El mal momento por el que atraviesa Venezuela tiene sus raíces profundas y variadas… Sigue leyendo