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Estamos presenciando uno de esos raros momentos de la historia: el declive del imperio estadounidense. Tal vez el lector no haya notado los muros derrumbados que lo rodean o tal vez esté creyendo en la fanfarronería de nuestros líderes o no haya hecho suficientes esfuerzos para llegar a la misma conclusión, pero en este momento los EE.UU. están involucrados en la financiación de dos guerras y probablemente se involucrarán en la financiación de una tercera. Y entre esas tres no se cuenta la que significará más para la máquina de guerra de los EE.UU., que es una guerra con China que se anuncia como una guerra por la hegemonía mundial. El único problema es que el «enemigo» no ve el mundo a través de ese mismo prisma.
Mientras que los EE.UU. tienen la OTAN (una máquina de guerra), los chinos tienen los BRICS +, un conglomerado de naciones que se han unido para mejorar el nivel de vida de las naciones en desarrollo. Otra forma de enmarcar la coyuntura de este mundo es dividir los bandos entre colonizadores y colonizados. Una revuelta de la gran mayoría de los pueblos del mundo contra los que una vez los colonizaron junto con oligarcas locales que se benefician económicamente de vender sus almas a los colonizadores.
Los EE. UU. tienen dos guerras muy costosas en curso en este momento, una de ellas es la «defensa» de Ucrania. Guerra que podría haberse evitado desde el principio según el presidente de Turquía, Recep Erdogan. El… Sigue leyendo