Politica
Gabriel Taborda eminen51@yahoo.com
En 2012 ―hace exactamente trece años―, Álvaro Uribe Vélez, en la cúspide de su popularidad como expresidente, actuando como Senador de la República, opción a la que se acogió inéditamente para continuar influyendo desde el Congreso en la escena política colombiana y con el respaldo de un sucesor en la presidencia, seleccionado por él mismo ―Juan Manuel Santos―, denunció a su colega y principal oponente en el Senado, Iván Cepeda Castro por, aparentemente, tratar de injuriarlo en el recinto parlamentario.
Como era de esperarse, en un país subyugado por la propaganda de los medios de comunicación propiedad de los grupos económicos más influyentes del país y afines al caudillo de la extrema derecha, la demanda prosperó y mantuvo encartado al Senador Cepeda Castro durante seis largos años.
Hasta 2018 cuando la Corte Suprema de Justicia, en un giro del todo sorprendente y espectacular, halló pruebas suficientes para abrir una investigación, esta vez contra Álvaro Uribe Vélez por presunta manipulación de testigos en el caso, es decir, por tratar de fraguar un plan contra Cepeda Castro para eliminarlo judicialmente, allanando el camino para que su partido, el Centro Democrático, se apoderara totalmente del escenario político colombiano.
El juicio llego a su fin este viernes 1 de agosto cuando una valiente juez, la doctora Sandra Liliana Heredia, venciendo un alud de amenazas contra su vida y la de los suyos ―hechos muy comunes en los procesos que enfrenta el expresidente―, le dictó una sentencia a 12 años de prisión… Sigue leyendo
Recientemente escribí un artículo titulado “El fascismo no está en la puerta… Ya está en casa”. En este artículo, intenté señalar que la mentalidad fascista ya está presente, pero aún no ha vuelto al país fascista. Algunas personas identifican la actual situación de incertidumbre en Estados Unidos como “autoritarismo”, lo que comúnmente se interpreta como una dictadura blanda sin ideología política. MAGA no es una ideología política y, en el mejor de los casos, podría considerarse un movimiento. En cualquier caso, a efectos prácticos, las similitudes entre el autoritarismo y el fascismo son evidentes.
Algunas características de los regímenes autoritarios, según la Enciclopedia Británica, son:
Libertades limitadas. Las personas pueden tener libertad para expresar sus opiniones sobre temas no delicados, pero muchos temas tienen prohibido abordarse abiertamente. Por ejemplo, la Teoría Crítica de la Raza.
Sociedad Civil Restringida. En lugar de prohibir por completo la sociedad civil, existen normas y regulaciones sobre lo que las organizaciones civiles pueden hacer y dónde pueden obtener0 su financiación. Por ejemplo, Planned Parenthood.
Prensa controlada. Los periodistas y los medios de comunicación se enfrentan a límites en lo que pueden decir y en su nivel de crítica hacia el gobierno. Por ejemplo, PBS y NPR.
Instituciones débiles. Por ejemplo, una legislatura llena de lacayos políticos que rara vez votan en contra del líder.
A medida que avanzamos en el segundo mandato de la administración Trump, que ya entra en su sexto mes, observamos el desarrollo de estas características que podrían derivar en fascismo si… Sigue leyendo