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¡La política exterior importa!
A riesgo de cabrear a algunos de mis amigos, voy a seguir escribiendo sobre política exterior. Si no nos importa la política exterior, entonces somos cómplices de lo que nuestros «codiciosos a cargo» les hacen a otras personas.
Hoy, no muchos estadounidenses cuestionan las razones por las que fuimos a Irak. Nadie lo ha dicho más claramente que Donald Trump. Dijo, refiriéndose a la legislatura, «todos sabían que no había armas de destrucción masiva en Irak». Pero queríamos su petróleo, así que entramos a buscarlo a costa de un millón de vidas iraquíes.
Por supuesto, muchos de nosotros podríamos decir que no sabíamos que esto estaba sucediendo, pero esa excusa se está volviendo vieja. Estamos haciendo todo tipo de cosas desagradables a personas de todo el mundo. Pero escuchemos de nuevo a Trump (¿se ha convertido en el que dice la verdad en Estados Unidos?) También dijo recientemente que su administración había estado haciendo todo lo posible para provocar el colapso de la economía venezolana y que su equipo estaba listo para ir allí y tomar su petróleo. ¿Qué tal eso para un cambio de régimen enfocado? En mi último ensayo “Buscando excusas para justificar la guerra” me refiero a nuestros movimientos militares que están rodeando a China, lo que me da la corazonada de que los preparativos de guerra están en marcha. ¿Improbable? Caitlin Johnstone, otra australiana íntegra, nos recuerda que el Complejo Industrial Militar mira ansiosamente hacia guerras eternas para satisfacer su insaciable apetito por el dinero. No es de extrañar que la guerra de Afganistán haya durado 20 años. Y el 60% de nuestro gasto militar sigue sin contabilizarse. ¿Sería posible que estas personas atractivas con trajes finos fueran capaces de hacer tales cosas? Vamos, ponte tu gorra de pensar, ¿no tomaron cinco millones de trabajos en el extranjero solo para ganar más dinero? ¿Les importaba el desastre que dejaron atrás? Matar a un millón de iraquíes no es gran cosa. Matar a decenas de miles aquí y allá tampoco es gran cosa. Hacer zumbidos en las fiestas de bodas musulmanas es algo divertido, torturar a la gente en la Bahía de Guantánamo también es divertido, y luego decimos con toda seriedad que sabemos con certeza que la tortura se practica en Cuba. Lester Mallory, subsecretario de Estado durante la administración de Eisenhower En un memorando secreto, desclasificado en 1991, escribió el 6 de abril de 1960: «La mayoría de los cubanos apoya a Castro. No hay una oposición política efectiva. La única forma posible de hacer que el gobierno pierda el apoyo es provocando desilusión y desánimo a través de la insatisfacción económica y las penurias. Deben usarse inmediatamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica negando a Cuba fondos y suministros para reducir los salarios nominales y reales con el objetivo de provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno. .» Ese es el origen del bloqueo a Cuba.
Hace unos días en Miami, algunos de nuestros líderes electos, algunos de ellos descendientes del bando perdedor en la lucha de clases cubana, se reunieron en Miami para seguir tramando el derrocamiento del gobierno de Cuba. Fue un asunto bipartidista. Nuestra política exterior es un asunto bipartidista. Estas personas reunidas allí se han infiltrado en la mentalidad de muchos en el estado de Florida convirtiéndose en los antagonistas más ardientes de cualquier política que para ellos se asemeje al socialismo. El resultado final es que estamos practicando un intento abierto de cambio de régimen para que todo el mundo vea y sature nuestras políticas internas con una afluencia de personas que favorecen las políticas que benefician a la plutocracia. Porristas del abuso corporativo que usan su condición de «minoría» para excusar los ataques contra los negros y las políticas que son atacadas porque están destinadas a servir a «esas» personas (casi todo el tiempo, las principales personas beneficiadas son los blancos), pero el silbato para perros funciona. que muchos blancos voten en contra de sus propios intereses. Podría seguir y seguir, pero espero que entiendas. El pollo pronto volverá a casa para descansar. Y no será bonito. Dios no quiera si tenemos que devolver todo el sufrimiento que hemos repartido al resto del mundo.
Considérate advertido. ¡La política exterior importa!
Lorenzo Cañizares l.canizares@aol.com
