¿Será del diablo? A veces indago mi propia mente para poder entender como hizo un solo hombre para causar tanto daño en un país tan grande, poderoso, importante y con gente muy inteligente.
Trump, ex presidente de EEUU sigue con la suya, dice y hace como se le da la gana, pero continúa siendo libre (por lo menos físicamente) y como él mismo dijo “Yo puedo disparar a alguien en la quinta avenida de New York y no voy a perder ni un voto”.
¿Conocía tan bien Trump a los evangelistas de Estados Uni dos? Porque a simple vista así parece. Muchos verdaderos teólogos cristianos ahora se están reuniendo para organizarse y derrotar (por falta de una palabra mejor) las malas intenciones de un hombre que desde su primer día en la política estadounidense procuró crear problemas de división y violencia que por cierto la llevó hasta el Capitolio para derrotar a su mismo gobierno y que darse ahí para siempre, como un frenético dictador.
Debería ser para la conveniencia de todos y no solo para un grupo con el cerebro lavado que intenta hacer de otros, robots con un chip implantado que obedece lo que esta gente quiere. Claro, ellos ya son así, pero voluntariamente.¿Se entiende? Trump es un hombre que no tiene ética ni moral, no es republicano ni nada, es solo un individuo enfermo mental, narcisista que su único objetivo es satisfacer sus intereses sin mirar a quien perjudica.
Hoy Trump no es el de unos años atrás, se ve sin mucha energía y sin el mismo carisma; además, sus mentiras son tan repetitivas que hasta sus mismos seguidores están cansados de escucharlas. Como si fuera poco, Kamala Harris, la nueva candidata, es más inteligente, con más en energía y capacidad política; por ende, las chances de que el energúmeno de Trump gane las elecciones disminuyen cada vez más.
Que Trump iba a intentar perpetuarse como jefe lo sabíamos todos los que no nos quedábamos como bobos escuchando una sola campana. Existen personas que se creen inteligentes, pero caen en un estado de infantilismo total profesando hasta que existen los Reyes Magos; y cuando digo profesando, que se entienda como predicando, actuando, queriendo hacer que la gente adopte las mismas creencias que ellos, no dándoles a las demás personas la libertad de pensamiento que el mismo Dios todo poderoso nos dio a todos los seres humanos.
En conclusión, Trump nunca fue una persona ideal para ser presidente de un país grande y poderoso como EEUU, no es inteligente y eso se ve desde muy lejos, su vocabulario es de un nivel que deja mucho que desear, es maligno y todo lo que dice y hace demuestra incapacidad mental. Como es obvio, su dinero y fama, que el mismo fomentó, hizo que llegara a ser presidente, pero Dios no permita que vuelva a serlo.
Vicente Oscar Scali, argentino
Licenciado en Ciencias Sociales Aplicadas
Reside en NSW, Australia