America Latina
El presidente de México exige a Dina Boluarte que devuelva el poder al exmandatario Pedro Castillo, una declaración que volvería a encender la pelea verbal.
“Le recordaría que le deje la presidencia al que ganó en una elección libre y democrática, a Pedro Castillo, que le deje la presidencia porque ella está usurpando ese cargo y que saquen de la cárcel a Pedro Castillo”, dijo el lunes el mandatario durante su rueda de prensa rutinaria.
Andrés Manuel López Obrador (AMLO) respondió así a las declaraciones que hizo hace unas semanas su par peruana, Dina Boluarte, quien acusó al presidente mexicano, así como el colombiano Gustavo Petro, de entrometerse en los asuntos políticos de Perú y apoyar al destituido Castillo.
Criticó la gestión de la presidenta peruana que llegó al poder tras deponer al gobierno democráticamente electo de Castillo. AMLO afeó que Boluarte es una impopular en Perú, así que cuenta tan solo con “25 % de aceptación” en su país.
Es más, volvió a asegurar que su país no le entregará al Perú de Boluarte la presidencia de Alianza del Pacífico, ya que la presidenta transitoria no es legalmente reconocida como mandataria del país austral.
Después de que Castillo fuera destituido en diciembre de 2022, el presidente mexicano ha apoyado en diferentes ocasiones al presidente izquierdista que, según AMLO, cayó como resultado de un golpe y proceso no constitucional. La tensión se agravó cuando México asiló en su territorio a la esposa e hijos del exmandatario Castillo.
Fuente: AMLO pide a “usurpadora” Boluarte que entregue timón de Perú a Castillo | HISPANTV
La extradición del expresidente peruano Alejandro Toledo desde los Estados Unidos a su país natal está revestida de una gruesa capa de simbolismo, muy conveniente para el régimen que finalmente han logrado imponer las élites políticas y económicas en el Perú desde el Congreso de la República.
Cualquiera pensará que este país tiene una democracia efectiva, pulcra y eficiente, que hace cumplir la ley por encima de cualquier ventaja que puedan otorgar títulos, apellidos o cargos, pero la verdad es muy otra y habría que analizarla a partir de 1980, época para la cual el grupo terrorista Sendero Luminoso puso en jaque la institucionalidad del país.
Coincide este periodo con un momento en que el país se halla inmerso en una honda crisis económica ocasionada por el descontrol del gasto público y la mala gestión (y la corrupción) en las políticas económicas de los distintos gobiernos, especialmente el de Alan García quien dejó al país, tras su presidencia, con una monstruosa hiperinflación del 7.649%.
Sobreviene, entonces, el gobierno ― ¿dictadura? ― de Alberto Fujimori quien durante diez años controla con puño de hierro al país, logrando el desmantelamiento del grupo terrorista y la detención de su máximo líder Abimael Guzmán. Es durante ese decenio cuando se inicia el modelo económico de libre mercado ―aún vigente― que permite a las oligarquías económicas criollas “emparentarse” con la política y ordenar, desde sus particulares intereses, quien va o no a la presidencia y quien permanece o no en ella.
Tres años después le… Sigue leyendo