Politica
Hubiera deseado haber tenido tiempo para escribir sobre el mensaje a la nación que esta noche dará el presidente Trump desde el Congreso, pero, desafortunadamente, los tiempos en el periodismo son tiranos.
Ese mensaje, que es tan esperado tanto por Demócratas como por Republicanos, promete ser la brújula que marque el norte de la administración, por lo menos durante los próximos meses, descontando la capacidad de Trump para producir noticias diarias que marcan agendas en el mundo entero.
Como quiera, temas para escribir sobre estos primeros 40 días de gobierno sobran, ya que a diario se producen hechos que encabezan titulares en los principales medios del mundo y eso ―lamentablemente―, es lo que se le da de alimento a la opinión pública internacional, muchas veces sin filtros ni revisiones.
De allí que hoy haya decidido escribir, subsidiariamente al tema deseado, sobre lo que presumo es la Primera Guerra Mundial de Aranceles, iniciada por nuestro hombre en la Casa Blanca.
Esta mañana todos los periódicos que consulté contienen artículos de análisis que intentan explicar por qué Trump está imponiendo aranceles del 25 por ciento a Canadá y México y del 20 por ciento a China.
Se puede ver que los analistas están teniendo dificultades para explicar convenientemente las razones por las cuales se imponen estos aranceles, porque se trata de una medida profundamente autodestructiva. Impondrá costos enormes ―posiblemente devastadores― a la industria manufacturera estadounidense al tiempo que aumentará significativamente el costo de vida sin ninguna justificación visible.
A la ligera, como… Sigue leyendo
Ayer en el sur de Florida fue un día difícil para los inmigrantes. La administración Trump anunció que los haitianos y venezolanos en Estados Unidos perderán su Estatus de Protección Temporal (TPS) y pronto comenzarán a ser deportados. Las razones esgrimidas para la pérdida del TPS no tienen mucho que ver con la realidad, pero sí con la opinión del presidente Trump de que si se permite que estos inmigrantes permanezcan en Estados Unidos, “envenenarán nuestro linaje”.
El presidente Trump se ha ganado un nombre como máximo defensor de la supremacía blanca. Sabe que la supremacía blanca es su boleto para poder destruir la ley y el orden establecido del que necesita deshacerse para establecer la sociedad oligárquica que busca. A través de la supremacía blanca, tendrá un ejército de personas dispuestas a luchar para mantener sus privilegios percibidos. Y la otra buena razón para justificar la expulsión de haitianos y venezolanos en opinión del gabinete multimillonario de Trump es que estas personas son oponentes políticos potenciales en ciernes.
El componente esencial de esta lógica que aborda la perspectiva interna es mantener el país bajo control blanco manteniendo a la mayoría del país blanca. Esa mentalidad es esencialmente la misma que se usa en política exterior. Por supuesto, esto no es nada nuevo. La mayoría de los colonizadores han sido blancos y la mayoría han venido de Europa o de los Estados Unidos. El uso de la blancura ha sido una herramienta para justificar mentalmente la masacre de otras personas.… Sigue leyendo