Ciudad de México, 31 oct (Prensa Latina) La marcha de unos cinco mil migrantes que salieron esta mañana en caravana desde Tapachula, Chiapas, en busca de avanzar hacia el norte y llegar a la frontera con Estados Unidos, se mantiene hoy.
Voceros de los marchistas cifraron inicialmente en seis mil a los migrantes, pero nuevos conteos los sitúan en cinco mil, mientras que la Policía los baja a cuatro mil aunque de todas maneras el movimiento es masivo.
La caravana está integrada en su mayoría por personas de Honduras, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Venezuela, Haití y otros países, quienes tomaron la carretera federal Tapachula-Arriaga para salir de la ciudad fronteriza con Guatemala.
Irineo Mújica, de la organización Pueblo Sin Fronteras, dijo que antes de partir enviaron un documento formal al titular del Instituto Nacional de Migración para que les otorgaran permisos de tránsito a los migrantes y no se vieran obligados a caminar, pero no respondió.
Ante esa situación decidieron emprender el viaje ya que en la frontera sur no hay empleo y los trámites de regularización ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados y el Instituto Nacional de Migración puede tardar de seis meses a un año.
El activista, que no es la primera vez que organiza estas marchas, añadió que muchos están en situación de calle, las rentas están muy caras, se han triplicado, la comida, los lugares donde se mantiene la comunidad migrante son de seis meses a un año, es imposible definitivamente tener a tantos.
Los testimonios de los migrantes corroboran la denuncia de que las rentas son muy caras y no las pueden solventar por eso se ha incorporado a la caravana, amén de que no han sido atendidos por Inmigración en su interés de irse para Estados Unidos y no quedarse en México.
José Alberto María, de Guatemala, dijo ser víctimas de las bandas maras Salvatruchas y decidió migrar por ese motivo aunque durante un tiempo trabajó como ayudante de chofer en los autobuses del transporte público, pero el ingreso que obtenía diario ya no era suficiente para el sostén de su familia.
Detalló que el cobro de piso rondaba los 500 quetzales guatemaltecos semanales y apenas le quedaban a veces 200 o 300 quetzales para el gasto de la casa, lo que ya era insostenible con una esposa y tres hijos.
La caravana, que es custodiada por patrullas estatales y federales para agilizar el tráfico vehicular, hace escala este mismo lunes en la comunidad de Álvaro Obregón, a unos 15 kilómetros de la ciudad, para continuar después hacia Huehuetán.