Ciudad de México, 15 nov (Prensa Latina) Autoridades de la Ciudad de México informaron hoy de 100 policías y 20 civiles lesionados durante una manifestación en el Zócalo capitalino, con saldo además de 40 personas detenidas.
Un comunicado de la Secretaría de Seguridad Ciudadana precisa que 60 uniformados heridos fueron atendidos en el sitio y otros 40 requirieron traslado a hospitales para su valoración, tras realizar “exclusivamente trabajos de contención, sin responder a las provocaciones”.
Durante el avance de la movilización convocada supuestamente por jóvenes de la denominada generación Z, alrededor de mil individuos encapuchados derribaron las vallas levantadas en torno a Palacio Nacional con el empleo de martillos, cadenas, alicates y otras herramientas.
Ante esta situación, las fuerzas de seguridad formaron una valla humana, luego de lo cual los grupos violentos iniciaron agresiones directas contra la policía, como golpes, robo de escudos y lanzamiento de artefactos explosivos.
El secretario de Gobierno capitalino, César Cravioto, aseveró en conferencia de prensa que la convocatoria de la marcha confirmó su carácter provocador, pues buscaba generar daños y afectar instalaciones como el Palacio Nacional y la Suprema Corte.
Señaló que algunos dirigentes de la derecha encabezaron la movilización, donde participaron pocos jóvenes, y lamentó que la oposición recurra a la violencia en lugar de expresar sus diferencias de manera pacífica y mediante argumentos.
Reafirmó que el Gobierno de la urbe respeta la libre manifestación y las garantías individuales, pero reprobó la actuación de quienes promovieron la marcha y recurrieron a la violencia, ocultando… Sigue leyendo

Jørn Utzon’s Sydney Opera House, and the Harbour Bridge, two of Sydney’s most famous landmarks, taken at dusk. The Sydney Opera House is one of the most iconic buildings built in the 20th century (1973) and is UNESCO’s world heritage.
Gracias a Trump, el próximo Mundial de Fútbol no va a ser igual. Lo que debía ser una fiesta del deporte, la unión de los pueblos y la alegría universal, se está convirtiendo en un símbolo de exclusión, miedo y rechazo. Gracias a un “fake” ser humano sin empatía, corazón ni vergüenza, el fútbol, que siempre fue una celebración de diversidad, ahora carga con una nube oscura que amenaza con opacar su brillo. Mucha gente de distintos países no podrá ir a ver los partidos en Estados Unidos. No porque no quieran, sino porque no los dejan. Las nuevas restricciones migratorias, los controles abusivos en los aeropuertos y la hostilidad hacia todo lo que no sea “americano puro” (si es que eso existe), están dejando fuera a miles de personas. Familias que soñaban con ver a su selección en vivo, jóvenes que ahorraron durante años, niños que querían conocer sus ídolos… todos enfrentan el muro invisible del racismo y la intolerancia. ¿Quién puede ser el bobo que todavía piensa que este energúmeno es una persona normal? Todo indica que es una muy mala persona, un multimillonario que odia al resto de la humanidad.
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