Intentando apartarme ―momentáneamente― de la “cosa” política que virtualmente mantiene secuestrada a la opinión pública mundial, decidí hacer un poco de higiene mental releyendo algo de mí empolvada estantería.
Porque, de verdad, estas primeras nueve semanas del agitado nuevo mandato del presidente Trump, caracterizado por su cascada de órdenes ejecutivas, anuncios de despidos, cierres de agencias federales, imposición de aranceles a países amigos ―y enemigos―, deportaciones masivas de personas indocumentadas ―y documentadas―, amenazas de inflación, riesgos de devaluación, ultimátum de invasión, notificación de acciones punitivas contra países remotos y suspensión de ayuda bélica a otros, seguidas por el reintegro de las personas despedidas, la restitución súbita de ayudas humanitarias revocadas anteayer y el anuncio de nuevos informes donde se descarta la inflación y se ajusta la devaluación, se retrasan los aranceles y se imponen otros, etc., etc., etc.. Estas primeras semanas, decía, no han sido fáciles.
Buscando un bálsamo recurrí entonces a la pluma espléndida de Truman Capote ―nada que ver con el trigésimo tercer presidente de esta nación― y su libro “Plegarias Atendidas”, publicado casualmente en el mes de marzo, hace cuarenta años. Se trató de una obra póstuma, ya que un año antes había fallecido a causa de insuficiencia hepática.
La aparición anticipada de los primeros capítulos en los diarios de New York originó un terremoto que movió los más altos círculos sociales de EEUU, ya que en ellos el célebre autor de “A Sangre Fría” devela en forma descarnada detalles de la vida íntima de las más… Sigue leyendo
La Enciclopedia Británica (EB) define el fascismo como una filosofía de gobierno que enfatiza la primacía y la gloria del Estado, la obediencia incondicional a su líder, la subordinación de la voluntad individual a la autoridad estatal y la severa represión de la disidencia. Se celebran las virtudes marciales, mientras que se menosprecian los valores liberales y democráticos. El fascismo surgió durante las décadas de 1920 y 1930, en parte por temor al creciente poder de las clases trabajadoras; se diferenciaba del comunismo contemporáneo (tal como se practicaba bajo el régimen de Iósif Stalin) por su protección de las élites empresariales y terratenientes y la preservación de los sistemas de clases. Los líderes de los gobiernos fascistas de Italia (1922-1943), Alemania (1933-1945) y España (1939-1975) —Benito Mussolini, Adolf Hitler y Francisco Franco— fueron presentados ante sus públicos como la personificación de la fuerza y la determinación necesarias para rescatar a sus naciones del caos político y económico. Los fascistas japoneses… (1936-1945) fomentó la creencia en la singularidad del espíritu japonés y enseñó la subordinación al Estado y el sacrificio personal.
No creo que muchos cuestionen que las características del fascismo mencionadas anteriormente sean atributos prominentes de la administración Trump. ¿Y qué significará para el pueblo estadounidense estar bajo el fascismo? Significará vivir en una dictadura donde las leyes son inexistentes, donde los ricos dirigen el sistema para su propio beneficio y siempre se centran en atacar a un grupo específico de personas. En la Alemania nazi, fueron los judíos, los… Sigue leyendo