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Montevideo, 14 may (Prensa Latina) El duelo oficial rige desde hoy en Uruguay en homenaje al expresidente José Mujica, quien falleció cuando restaban siete días para cumplir 90 años.
Se cierra así la larga vida del incansable operador político que así funcionó hasta sus últimas horas.
Casi 90 años del guerrillero, preso político, parlamentario, presidente, pero también filósofo y campesino.
Su muerte fue anunciada por el presidente Yamandú Orsi en las redes sociales.
Mujica murió oficialmente a las 16:00 hora local, según certificó su doctora personal Raquel Penone, en su chacra de las afueras de Montevideo.
Hasta allí fue el presidente Orsi a expresar sus condolencias a la exvicepresidenta de la República, Lucía Topolansky, su compañera por largos años de luchas compartidas.
Pepe, como le llamaban, batalló contra un cáncer de esófago que se le diagnosticó en abril de 2024 y que se extendió al hígado.
En enero de este año declaró: «Ya terminó mi ciclo. Sinceramente, me estoy muriendo. Y el guerrero tiene derecho a su descanso».
Para el presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, se va el uruguayo más reconocido en el mundo, luchador social y ejemplo de austeridad.
Desde otra esquina política el expresidente uruguayo Luis Alberto Lacalle reconoció la impronta política y social de José Mujica. Otros actores políticos de distintas tendencias se sumaron al duelo.
El decreto oficial que regirá hasta el 16 de mayo tendrá la bandera uruguaya a media asta e incluye la suspensión de las actividades oficiales.
Se prevé que el féretro… Sigue leyendo
Cuando el Cardenal Dominique Mamberti, Protodiacono del Estado Vaticano, pronunció por los altavoces de la Plaza de San Pedro las centenarias palabras en latín con las que encabezo este artículo, comencé a cavilar sobre quién había sido electo como nuevo pontífice de la Iglesia Católica. Obviamente, el nombre del cardenal Robert Francis Prevost (Chicago USA, 14 de septiembre de 1955), quien de ahora en adelante se conocerá como el Papa León XIV, jamás pasó por mi cabeza.
No soy católico ni profeso ninguna fe religiosa, aunque tengo por costumbre visitar con respeto las iglesias que encuentro en mi camino. Católicos, ortodoxos, musulmanes, judíos o cristianos, ninguno de ellos me es indiferente y respeto sinceramente sus ritos y costumbres, sin abrazar ninguno de ellos.
Hecha la aclaración, debo decir que la elección de Robert Prevost como nuevo pontífice me alegró, sinceramente. Leyendo su trayectoria encuentro a un hombre serio y prudente, comprometido con su misión evangélica, austero y puesto en su lugar desde el momento en que tomo los hábitos en 1982, cosa que es bastante escasa por estos tiempos.
Tras la muerte de Francisco el 21 de abril pasado, Roma se vio de repente inundada por cardenales de todo el mundo que, sigilosa y disimuladamente, hacían lobby a los poderosos del interior del Vaticano, es decir, a los encargados de dirigir su ampulosa burocracia, para buscar un ligero “acercamiento táctico” y, cómo no, opiniones sobre sus posibilidades en la futura elección. Recordemos que Roma, desde sus orígenes como cuna de… Sigue leyendo