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San Juan, 20 ene (Prensa Latina) La conducción del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH) de Puerto Rico consideró hoy que el recién estrenado presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, ha declarado la guerra a América Latina y el Caribe.
“Sin levantar el tono de su voz y con la arrogancia de mandamás imperial que le distingue, su acción incluye, igualmente, a la multitud de emigrantes que busca una salida a su precaria situación económica y social e incluso a importantes sectores de la propia sociedad estadounidense, que defienden el ambiente y respetan la diversidad de género”, expresó el MINH.
Indicó la organización izquierdista puertorriqueña que Trump lo ha dicho sin inmutarse en su discurso de toma de posesión este 20 de enero, aniversario del natalicio de Martin Luther King.
“Ha anunciado la edición del siglo XXI de la imperialista Doctrina Monroe, se ha proclamado elegido de Dios para hacer grande a su país, ha vuelto a negar el grave problema del cambio climático, y hasta ha proclamado derecho de propiedad sobre el planeta Marte, mientras quienes le rodeaban aplaudían delirantemente”, subrayó el MINH en declaraciones escritas.
“Donald Trump le ha declarado la guerra a nuestros pueblos y a otros pueblos del planeta, mientras cínicamente se quiere erigir como defensor de la paz. Está obsesionado con la recuperación de la grandeza de Estados Unidos, que desde hace décadas está en decadencia económica, política y social. Ahí radica su peligrosidad y la de quienes le acompañan”, según la conducción del MINH.… Sigue leyendo
Consta en estas páginas la amplia referencia a la candidatura presidencial del señor Trump en mis columnas de los últimos meses, no obstante pertenecer a un partido con el cual no estoy ni políticamente orientado ni personalmente inclinado.
El mero hecho pensar en cuatro años más de vida bajo el imperio de una camarilla de demócratas incompetentes, guerreristas e inmorales, me obligó a pensar en una opción “menos mala”, así sacrificara hondos ideales y lealtades partidistas, tan poco respetados en estos tiempos de “conciencia woke”.
El pasado lunes 20 de enero presencié su acto de posesión, tan espectacular como frívolo, con multimillonarios bailando a su alrededor, como moscas sobre la carroña y mujeres ataviadas con Chanel, como si de una convención de modas se tratara. Aunque, pensándolo bien, era eso lo que se celebraba, una convención de modistas aprobando la última tendencia mundial, la moda Trump II.
Vi a un Donald Trump viejo y de ojos cansinos, de cara abotagada por la falta de sueño reparador, de caminar pesado, intentando por momentos imitar pasitos de baile ridículos: su sonrisa ―más una mueca de ironía perversa, como diciéndole a Biden y Cía., aquí estoy, no pudieron―, desdibujada por surcos hondos de arrugas bien maquilladas, en fin, una ópera con todas las de la ley; canto, baile, música, máscaras y disfraces.
El discurso, lento y penoso, ocultando sus verdaderas intenciones, fue presenciado en su totalidad, (¡cosa extraordinaria!), por los destinatarios de sus agudas críticas, la señora Kámala y el señor Biden. Mostraron,… Sigue leyendo