El domingo 1 de diciembre de 2024 será recordado como el día en que los mandatos constitucionales de esta nación fueron manoseados irreparablemente.
Tras años de insistir que no lo haría, el presidente Biden indultó a su hijo Hunter “por aquellos delitos contra Estados Unidos que haya cometido o pueda haber cometido o en los que haya participado durante el periodo comprendido entre el 1 de enero de 2014 y el 1 de diciembre de 2024”. Hunter enfrentaba cargos que le habrían dado hasta 25 años de cárcel por mentir sobre su adicción a las drogas cuando compró una pistola en 2018 aunque era poco probable que recibiera una sentencia cercana a esa duración. Para tomar tal decisión, el presidente se cobijó bajo el amplio toldo que tiende la constitución en el Articulo II, Sección 2, Cláusula 1 de la Constitución Política de los EEUU que, sobre este particular, dice escuetamente: “El presidente será comandante en Jefe del Ejército y de la Marina de Guerra de los Estados Unidos y también de la Milicia de los distintos Estados cuando sea llamada al servicio activo de la Nación. Él podrá requerir la opinión por escrito del funcionario principal de cada uno de los departamentos del Ejecutivo sobre cualquier asunto que se relacione con los deberes de sus respectivos cargos y tendrá facultad para suspender la ejecución de sentencias y para conceder indultos por delitos contra los Estados Unidos, excepto en casos de juicio político”. No dice ni una palabra más. Tampoco… Sigue leyendo