Washington, 14 oct (Prensa Latina) El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, condicionó la futura ayuda económica a Argentina a la permanencia en el poder de su fiel aliado, Javier Milei, a quien recibió hoy en la Casa Blanca.
“Si pierde, no seremos generosos con Argentina”, anticipó Trump durante una reunión con Milei este martes en la mansión ejecutiva, pero “si gana, le brindaremos mucha ayuda”, añadió.
Sin embargo, “si no gana, no vamos a perder el tiempo. Porque tienen a alguien cuya filosofía no tiene ninguna posibilidad de hacer que Argentina vuelva a ser grande”, comentó Trump a los periodistas.
Milei asistió a la investidura presidencial en enero y en este momento se enfrenta a unas cruciales elecciones intermedias a finales de octubre, los primeros comicios legislativos desde que asumió el cargo en 2023.
La semana pasada, la administración Trump dio un rescate financiero de 20 mil millones de dólares al banco central argentino y el secretario del Tesoro, Scott Bessent, dijo que Estados Unidos estaba dispuesto a tomar «cualquier medida excepcional que fuera necesaria» para estabilizar los mercados en la nación sudamericana.
Bessent declaró el martes en la Casa Blanca que la asistencia estadounidense tenía como objetivo apoyar a Milei en sus intentos de reorientar la economía argentina según su agenda política. «Es mucho mejor tender un puente económico con nuestros aliados, quienes quieren hacer lo correcto, que tener que disparar contra barcos narcoarmados, declaró.
Recién llegado de su viaje relámpago a Israel y Egipto, donde participó en la… Sigue leyendo
Desde hace algunos años la palabra “desprestigio” ―como si fuese un eco breve y fugaz, que viene y se apaga si arraigarse permanentemente―, viene resonando por los suntuosos pasillos del Comité de los Premios Nobel de la Paz en Oslo, Noruega.
El premio es uno de los cinco que fueron instituidos por el fabricante de armas, inventor de la dinamita e industrial sueco Alfred Nobel, junto con los de Física, Química, Fisiología (o Medicina) y Literatura. Se otorga cada año desde 1901 «a la persona que más haya trabajado en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o la reducción de los ejércitos alzados y la celebración y promoción de acuerdos de paz», como consta en el testamento de su creador.
Pero, trágicamente, contradiciendo el espíritu y el legado de su fundador, algunas veces estos premios ha sido otorgados a personas que nunca debieron merecerlo; la lista es extensa y nos tomaría buena parte del espacio de esta columna reseñarla. En realidad, el que hoy nos interesa es el de la paz, el más emblemático ya que
está relacionado directamente con la invención de una sustancia (la dinamita) que desde su aparición, marcó un antes y un después del poder destructivo de los ejércitos y su capacidad para causar muerte y sufrimiento.
En esa “lista de desmerecidos”, como yo los catalogo, figuran personas como Yasser Arafat (1994), Henry Kissinger (1973) y otros, cuyos papeles en la promoción de la paz mundial no me detendré a calificar, pero sí… Sigue leyendo